La responsabilidad afectiva es un término que cada vez se escucha más y hablamos más de él. ¿Sabes de qué se trata? Empecemos por lo básico, vamos a definirlo.
¿Qué es la responsabilidad afectiva?
Entonces podemos decir que la responsabilidad afectiva implica:
- Tener una buena comunicación, pudiendo expresar abiertamente lo que me gusta y lo que no (aunque sea difícil).
- Poner límites con los que ambos estén de acuerdo.
- Hablar sobre sus sentimientos.
- Conversar sobre las expectativas de la relación.
- Entender que las decisiones que tomo y las acciones que realizo tienen un impacto en la otra persona.
¿Qué no es la responsabilidad afectiva?
- Invalidar las emociones del otro o no permitir que las exprese
- No cumplir con los acuerdos preestablecidos
- Ocultar información importante sobre nuestros sentimientos o expectativas de la relación
- Que el otro lea la mente y adivine lo que la otra persona necesita o quiere
- Ilusionar a alguien cuando no queremos implicarnos con esa persona
- Ocultar información sobre nuestras decisiones y actos, que puede perjudicar al otro
¿Cómo puedo mejorar mi responsabilidad afectiva?
Comunicación sincera
En una relación la comunicación es un pilar básico y fundamental. Hay que ser honestos y abiertos con la pareja o con la persona con la que nos estamos vinculando. No se trata de no tener filtros, sino de evitar engaños y juegos emocionales.
Poner límites
Toda relación debe tener límites de común acuerdo, que luego no se traspasen. Ejemplo de esto es no alzarse la voz y gritar en una discusión. Cada pareja pone sus límites y es mejor si se expresan abiertamente y se dejan claro.
Evitar sufrimientos
Si no quieres implicarte con esa persona, no buscas una relación seria o simplemente las expectativas del otro, no encajan contigo, lo mejor es decirlo a tiempo, para que el otro no se haga ilusiones. Aunque duela o sea difícil, es mejor ser claros desde el principio.
Validar al otro
Las emociones y sentimientos del otro son válidos, aun cuando tú no los compartas o no los entiendas y esto es la base de la responsabilidad afectiva. Validar las emociones del otro garantiza el tener una relación sana.
Asumir el conflicto
Todos, en cualquier relación, nos vamos a enfrentar a conflictos o desavenencias, por lo que antes de huir del conflicto o hacer como si no ocurre nada, no es la mejor estrategia para que la relación sea sólida. Lo importante será poder afrontar las situaciones desde un lugar de madurez y buscar soluciones que satisfagan las expectativas de ambos.
Espero que esto te ayude a mejorar tus relaciones interpersonales y te dejo por aquí un artículo que puede ayudarte a profundizar este tema y es el de la validación emocional.
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