“Lo hago todo mal”, “no sirvo para nada”, “soy un inútil” son expresiones que algunas veces nos decimos a nosotros mismos cuando cometemos errores o las cosas no salen como uno esperaba. En estas situaciones, las personas con baja autoestima (aunque la mayoría hemos recurrido a esta forma de tratarnos alguna vez), se culpabilizan de todo lo que ocurre dando voz a lo que podríamos llamar un crítico interno (o autocrítica patológica), una especie de diálogo interno “negativo” que genera malestar.
Este crítico interno se caracteriza por su rigidez y credibilidad. Cuando él toma la palabra y se dirige a nosotros, sus comentarios son incuestionables y se asumen como verdades absolutas, fuera de toda duda. Y esto sucede porque el crítico interno forma parte de nosotros, ha surgido de nuestras experiencias educativas, sociales y relacionales, grabándose en nuestra mente, y en apariencia parece que nos ayuda a tomar las mejores decisiones o a evitar sufrimientos o daños peores.
En sí mismo, el crítico interno es un sistema de autoprotección mal enfocado que en vez de ayudarnos a solucionar los problemas, dudas, situaciones embarazosas o desagradables o fallos que cometemos, nos culpabiliza y nos bloquea. Son los recursos que tenemos y hemos aprendido a lo largo de nuestra vida.
El crítico interno, nos ha servido como una protección en nuestra vida, pero tenemos que aprender que no siempre nos dice la verdad, porque viene de la rigidez
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El lenguaje del crítico interno
El lenguaje que utiliza para valorarnos o describirnos se basa en generalizaciones, etiquetaciones, reglas, catastrofizaciones, magnificaciones o exigencias desmesuradas. Es el lenguaje del “yo soy un estúpido“, “es horrible haber metido la pata”, “debería hacerlo todo bien” o “no puedo cometer errores” etc. A demás, no necesita de reflexiones o argumentos elaborados sobre nosotros para definirnos o juzgarnos. Unas pocas palabras bastan y son suficientes para evocar toda una serie de sensaciones desagradables y dolorosas que pretenden que corrijamos nuestra mala conducta, nuestra incapacidad o nuestra forma de ser.
El método del crítico interno
El método que utiliza el crítico interno para enmendar los errores o fallos que cometemos se basa en la condena, el castigo o la represión y, normalmente, genera emociones y sentimientos como la culpa, la vergüenza, la ansiedad, la tristeza o la angustia. Irremediablemente, de estos pensamientos críticos y emociones, lo único que surge como forma de respuesta es el bloqueo, la parálisis, la evitación, la huida o la sumisión. El crítico hace que nos sintamos culpables, desolados y nos censuremos a nosotros mismos y refuerza la forma en que nos sentimos con mensajes castigadores del tipo “te mereces todo lo que te pasa”, “tienes suerte que siga contigo con lo inútil que eres”, “aun has tenido suerte con lo estúpido que eres”, etc.
Difícilmente, a partir de este tipo de mensajes que nos manda nuestro crítico y las sensaciones que provoca, no podemos dedicarle el tiempo suficiente a valorar objetivamente que ha pasado y cual es la mejor forma de responder o actuar en una situación determinada. Por otra parte, nuestro crítico interno acostumbra a atribuir la culpa de los errores, los fallos o las situaciones que nos generan malestar a nosotros mismos. Somos siempre nosotros los CULPABLES de cualquier error, percance, contratiempo, contrariedad o desgracia que ocurra sin valorar las posibles causas de lo ocurrido o los diferentes responsables. En cambio, la autocrítica sana o la “autorreflexión consciente”, más que buscar culpables y castigarlos, se enfoca y se preocupa en valorar que ha ocurrido de forma objetiva y qué medidas se pueden tomar para solucionarlo.
Nuestro crítico interno nos culpa de fallos, errores y del malestar que generan las situaciones
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Voluntario vs automático
Además, hay que tener en cuenta que nuestro crítico interno clasifica los sentimientos como buenos o malos, válidos o no válidos. Ejemplos de sentimientos o emociones buenas o válidas serían por ejemplo la serenidad, la calma, la alegría o la compasión. Todas aquellas que sugieran un orden interno. En cambio, los sentimientos o emociones que generan sensaciones desagradables como la ira, la tristeza, la frustración son rechazados y considerados peligrosos y acostumbran a ser reprimidos. Incluso los que se consideran desmesuradamente “positivos” como una enorme alegría son rechazados. Como comenta Olga Castanyer, nuestro crítico interno solo permite la culpa y la vergüenza y reprime o rechaza todos los demás, reforzando de nuevo la culpa y la vergüenza con nuevos reproches, generando con todo este proceso una enorme angustia.
Normalmente, los criterios en los que se basa nuestro crítico interno para regir nuestra conducta están fuera de nosotros mismos, son criterios y normas morales, basado en imperativos universales que prescriben lo que es una conducta adecuada. Y aunque, por una parte, estos criterios nos ayudan a la convivencia y regulan nuestras interacciones, el critico interno nos obliga a cumplirlos de una forma extremista, rígida e irreal.
Como si siempre uno tuviera que mantener la calma, estar alegre, no enfadarse y comportarse SIEMPRE BIEN o hacer las cosas perfectas. Mandatos que, llevados al extremo, son imposibles de cumplir.
Y si esta moral superior que nos rige no es suficiente, se recurre a las valoraciones externas, la de otras personas, por la incapacidad, inseguridad o desconfianza que uno tiene a la hora de tomar uno mismo las propias decisiones y responsabilizarse de los propios errores como algo normal y que todo el mundo comete.
Si te has sentido reflejado al leer esta descripción o has sentido malestar pero has llegado hasta aquí te pido que NO te Rindas. Quizá han aflorado sentimientos como la vergüenza, la culpa, la desesperanza o la tristeza y tienes la irresistible tentación de dejarlo correr y seguir con tu vida. Pero aunque el proceso de cambiar a tu crítico interno sea doloroso porque conecta con aquellas zonas oscuras que tenemos y que preferimos que sigan ocultas, siempre será más valioso y satisfactorio este autoconocimiento y este cambio que seguir con esa sensación de menos desprecio hacia uno mismo, de vacío y tristeza, de que nada nos llena y siempre los demás tiene la razón y tu eres el que se equivoca.
Cambiar nuestro crítico interno SI SE PUEDE, es un proceso que nos permite transformarnos y conocernos mejor a nosotros mismos
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Y ahora que tienes una mínima idea de cómo se manifiesta tu critico interno te propongo que empieces por sacarlo a la luz y ser MAS CONSCIENTE de cuando aparece con varios autoregistros que podrás encontrar en esta misma página (con el nombre…). Por otra parte si crees que tu situación es muy desesperada o desesperanzadora te recomiendo que no pierdas tiempo y pidas ayuda psicológica tanto a los profesionales de Insight Mental como a cualquier otro que sea accesible para ti. Cuando antes te pongas en marcha para solucionar tu problema más fácil será.
En un siguiente artículo explicaré algunas estrategias que podemos utilizar para modificar nuestro crítico interno por un “ayudante sabio” y puedas decirle BASTA YA!! a tu crítico interno!
Hasta el siguiente post (“Como cambiar nuestro crítico interno”) les mando un efusivo saludo!
Descargar “Detecta a tu crítico interno (Auto-registro)” Detecta-a-tu-crítico-interno.pdf – Descargado 1608 veces – 93,56 KB Descargar “Listado de culpabilizaciones” Listado-de-culpabilizaciones.pdf – Descargado 1580 veces – 95,54 KB